En una reunión de urgencia convocada por la Consejera de Educación, se ha informado a las Organizaciones Sindicales de que el Gobierno de Cantabria está estudiando la posibilidad de suspender la semana no lectiva del 2 al 8 de noviembre. El argumento utilizado por la Consejera de Educación es que estamos en una situación muy grave provocada por la pandemia, y ante los duros momentos que se avecinan, los centros escolares son los lugares más seguros.
Pasado el estupor inicial provocado por la, probablemente, propuesta más absurda jamás planteada por un Consejero o Consejera de Educación, los representantes sindicales hemos intentado hacer recapacitar a la Consejera, haciéndola ver que no se puede modificar un calendario y una planificación escolar con dos días de antelación, que se está perjudicando a los alumnos y a sus familias, y que esta medida no tiene sentido alguno.
Tampoco ha querido ver la Consejera que estamos en un contexto en el que las comunidades limítrofes han decretado cierres perimetrales de sus territorios y han reducido la movilidad en sus territorios, que se está limitando el aforo en lugares públicos, se prohíben las reuniones de más de 6 personas, se prohíben las actividades deportivas al aire libre, los centros de salud están prácticamente cerrados, existe un toque de queda nocturno y parece claro que las autoridades sanitarias pretenden reducir al máximo la movilidad. Ante esta situación, la Consejera de Educación, en un alarde, decide unilateralmente que la mejor medida es que casi 100000 alumnos que deberían estar descansando esta semana con sus familias, se dediquen a moverse por toda la comunidad autónoma. Bravo señora Consejera. Además, y por si fuera poco, la Consejera parece deslizar la idea de que los alumnos están más seguros en los centros escolares que con sus familias.
De nada ha servido, la Consejera de Educación ha argumentado que el actual estado de alarma permite tomar este tipo de decisiones a la Consejería de Educación, y por ese motivo se ha “informado” a las Organizaciones Sindicales de la decisión tomada. Por si fuera poco, la Consejera se está saltando la ley al cambiar el calendario escolar, que emana de una Orden, sin el informe previo y favorable del Consejo Escolar, y sin contar con la Mesa Sectorial de Educación.
Con esta actitud intransigente y casi dictatorial, la Consejera de Educación está faltando al respeto a docentes, alumnos, familias y a toda la sociedad en general. No se puede jugar de esta manera con la sociedad. Muchas familias han organizado sus vidas en función del calendario escolar, y de esta forma sorpresiva, sin previo aviso, la Consejera, unilateralmente, decide reorganizar la vida de toda Cantabria, en base a unos supuestos “argumentos y datos” sanitarios que no se sostienen desde ningún punto de vista, y carentes de cualquier razonamiento pedagógico.
De esta forma, la Consejería de Educación, dirigida por Marina Lombó, estará tomando la decisión más absurda, incoherente, y carente de toda racionalidad jamás tomada en el ámbito educativo de Cantabria.
La Consejería de Educación, o mejor dicho de improvisación, está tomando medidas sin ni siquiera tener evaluados todos los planes de contingencia de los centros educativos, sin tener desarrollados planes de teletrabajo y atención online para posibles confinamientos, sin dotar a los centros de materiales y recursos suficientes (conexión a Internet potente, equipos informáticos para profesorado y alumnos). Parece claro que el total y absoluto desconocimiento de la Consejera de Educación por la función educativa y docente, le lleva a improvisar sobre la marcha.
Las Organizaciones Sindicales presentes en la Mesa Sectorial de Educación Pública STEC, ANPE, TU, CCOO y UGT no van a tolerar este atropellado perpetrado por Marina Lombó, y tomarán todas las medidas oportunas para cambiar esta decisión absurda, fruto de una Consejería carente de todo proyecto educativo, planificación o visión de futuro.